Date a volar



Con motivo de la conmemoración de su nacimiento el pasado 29 de mayo y como despedida a los alumnos y alumnas que nos dejan este año.


Anda, date a volar, hazte una abeja,
En el jardín florecen amapolas,

Y el néctar fino colma las corolas;
Mañana el alma tuya estará vieja.



Anda, suelta a volar, hazte paloma,
Recorre el bosque y picotea granos,
Come migajas en distintas manos
La pulpa muerde de fragante poma.



Anda, date a volar, sé golondrina,
Busca la playa de los soles de oro,
Gusta la primavera y su tesoro,
La primavera es única y divina.



Mueres de sed: no he de oprimirte tanto...
Anda, camina por el mundo, sabe;
Dispuesta sobre el mar está tu nave:
Date a bogar hacia el mejor encanto.



Corre, camina más, es poco aquéllo...
Aún quedan cosas que tu mano anhela,
Corre, camina, gira, sube y vuela:
Gústalo todo porque todo es bello.



Echa a volar... mi amor no te detiene,
¡Cómo te entiendo, Bien, cómo te entiendo!
Llore mi vida... el corazón se apene...
Date a volar, Amor, yo te comprendo.



Callada el alma... el corazón partido,
Suelto tus alas... ve... pero te espero.
¿Cómo traerás el corazón, viajero?
Tendré piedad de un corazón vencido.



Para que tanta sed bebiendo cures
Hay numerosas sendas para ti...
Pero se hace la noche; no te apures...
Todas traen a mí...

Cáscaras, Claudio Rodríguez


1
El nombre de las cosas que es mentira
y es caridad, el traje
que cubre el cuerpo amado
para que no muramos por la calle
ante él, las cuatro copas
que nos alegran al entrar en esos 
edificios donde hay sangre y hay llanto,
hay vino y carcajadas,
el precinto y los cascos,
la cautela del sobre que protege
traición o amor, dinero o trampa,
la inmensa cicatriz que oculta la honda herida,
son nuestro ruin amparo.
Los sindicatos, las cooperativas,
los montepíos, los concursos,
ese prieto vendaje
de la costumbre, que nos tapa el ojo
para que no ceguemos,
la vana golosina de un día y otro día
templándonos la boca
para que el diente no busque la pulpa
fatal, son un engaño
venenoso y piadoso. Centinelas
vigilan. Nunca, nunca
darán la contraseña que conduce
a la terrible munición, a la verdad que mata.

2
Entre la empresa, el empresario, entre
prosperidad y goce,
entre un error prometedor y otra
ciencia a destiempo,
con el duro consuelo
de la palabra, que termina en burla
o en provecho o defensa,
o en viento
enerizo, o en pura
mutilación, no en canto;
entre gente que sólo
es muchedumbre, no
pueblo, ¿dónde
la oportunidad del amor,
de la contemplación libre o, al menos,
de la honda tristeza, del dolor verdadero?
La cáscara y la máscara,
los cuarteles, los foros y los claustros,
diplomas y patentes, halos, galas,
las más burdas mentiras:
la de la libertad mientras se dobla
la vigilancia,
¿han de dar vida a tanta
juventud macerada, tanta fe corrompida?

Pero tú quema, quema
todas las cartas, todos los retratos,
los pajares del tiempo, la avena de la infancia.
El más seco terreno
es el de la renuncia. Quién pudiera
modelar con la lluvia esta de junio
un rostro, dices. Calla
y persevera aunque 
ese rostro sea lluvia,
muerde la dura cáscara,
muerde aunque nunca llegues 
hasta la celda donde cuaja el fruto.

Claudio Rodríguez, Alianza y condena, 1965.

Filosofía de María, Luisa Castro

Atalanta


FILOSOFÍA DE MARÍA


I

A tiempo estás, todavía eres joven

para hacer de tus días algo puro y hermoso

que remanse el corazón

y a ti misma te agrade

como agua de una fuente que limpia la garganta

pero aquello que dejó su marca para siempre

en la más tierna edad,

lo que fue delineando las rayas de tu frente,

el daño que agrietó tu integridad

y la volvió contra ti

y te hizo la peor de tus enemigas,

que con saña y con rabia anegó

la tierra verdadera donde pisabas firme

hasta alcanzar el fondo

sin tener felicidad; aquello que maldijiste y rechazaste

de palabra y de hecho,

que tiempo te llevó odiar y combatir

y que te llevó fuerzas y no te dio descanso,

con hierro y con harina olvídalo.

Porque la lucha es trabajo

que debe terminar allí donde comienza

y ya el cuerpo se ocupa,

pero que no ocupe la mente

pues soldados hay que nunca están pagados

de ver bullir la sangre

y de esto hacen oficio

y de esto comen

y de esto dan de comer,

y otros hay que combatiendo la infamia

desde la mañana a la noche

sin otra cosa no viven

y no con otra se acuestan.

Peligros tiene la guerra y ese es uno:

aprender la estrategia del enemigo,

empuñar sus armas,

acabar por vestir su chaleco.

Y otro aún más grande

que es perder la vida.

Y aún el peor de todos

que es la avaricia de sangre

y de los tristes himnos de la victoria

que sólo a los cobardes infunden valor

y hacen llorar a los niños,

avergonzarse a las mujeres

y a los viejos desear la muerte.



II

Un corazón de harina

debieras ser.

Toda de harina por dentro

y por fuera de hierro.

Que la lluvia y el viento y todo lo que va hendiendo

cada capa de piel

lo sepulte un blando corazón de harina,

lo guarde un cajón secreto.

Nada pase hacia dentro

que no atraviese la dura armazón de hierro.

Quede en la corteza lo que el corazón no ama,

no pase hacia dentro lo que rompe el corazón.




Ítaca, C. P. Kavafis



Cuando salgas de viaje para Ítaca,

desea que el camino sea largo,

colmado de aventuras, de experiencias colmado.

A los lestrigones y a los cíclopes,

al irascible Posidón no temas,

pues nunca encuentros tales tendrás en tu camino,

si tu pensamiento se mantiene alto, si una exquisita

emoción te toca cuerpo y alma.

A los lestrigones y a los cíclopes,

al fiero Posidón no encontrarás,

a no ser que los lleves ya en tu alma,

a no ser que tu alma los ponga en pie ante ti.

Desea que el camino sea largo.

Que sean muchas las mañanas estivales

en que -¡y con qué alegre placer!-

entres en puertos que ves por vez primera.

Detente en los mercados fenicios

para adquirir sus bellas mercancías,

madreperlas y nácares, ébanos y ámbares,

y voluptuosos perfumes de todas las clases,

todos los voluptuosos perfumes que te sean posibles.

Y vete a muchas ciudades de Egipto

y aprende, aprende de los sabios.

Mantén siempre a Ítaca en tu mente.

Llegar allí es tu destino.

Pero no tengas la menor prisa en tu viaje.

Es mejor que dure muchos años

y que viejo al fin arribes a la isla,

rico por todas las ganancias de tu viaje,

sin esperar que Ítaca te va a ofrecer riquezas.

Ítaca te ha dado un viaje hermoso.

Sin ella no te habrías puesto en marcha.

Pero no tiene ya más que ofrecerte.

Aunque la encuentres pobre, Ítaca de ti no se ha burlado.

Convertido en tan sabio, y con tanta experiencia,

ya habrás comprendido el significado de las Ítacas.


(Trad. Ramón Irigoyen)






ΙΘΑΚΗ

Σαν βγεις στο πηγαιμό για την Ιθάκη,
να εύχεσαι να 'ναι μακρύς ο δρόμος,
γεμάτος περιπέτειες, γεμάτος γνώσεις.
Τους Λαιστρυγόνας και τους Κύκλωπας,
τον θυμωμένο Ποσειδώνα μη φοβάσαι,
τέτοια στον δρόμο σου ποτέ σου δε θα βρεις,
αν μεν η σκέψης σου υψηλή, αν εκλεκτή
συγκίνησης το πνεύμα και το σώμα σου αγγίζει.
Τους Λαιστρυγόνας και τους Κύκλωπας,
τον άγριο Ποσειδώνα δεν θα συναντήσεις,
αν δεν τους κουβαλείς μες στην ψυχή σου,
αν η ψυχή σου δεν τους στήνει εμπρός σου.

Να εύχεσαι να 'ναι μακρύς ο δρόμος.
Πολλά τα καλοκαιρινά πρωινά να είναι
που με τι ευχαρίστηση, με τι χαρά
θα μπαίνεις σε λιμένας πρωτοειδωμένους
να σταματήσεις σ' εμπορεια Φοινικικά,
και τες καλές πραγματείες ν' αποκτήσεις,
σεντέφια και κοράλλια, κεχριμπάρια κι έβενους,
και ηδονικά μυρωδικά κάθε λογής,
όσο μπορείς πιο άφθονα ηδονικά μυρωδικά,
σε πόλεις Αιγυπτιακές πολλές να πας,
να μάθεις και να μάθεις απ' τους σπουδασμένους.

Πάντα στο νου σου να 'χεις την Ιθάκη.
Το φθάσιμον εκεί ειν'ο προορισμός σου.
Αλλά μη βιάζεις το ταξίδι διόλου.
Καλύτερα χρόνια πολλά να διαρκέσει.
και γέρος πια ν' αράξεις στο νησί,
πλούσιος με όσα κέρδισες στο δρόμο,
μη προσδοκώντας πλούτη να σε δώσει η Ιθάκη.

Η Ιθάκη σ' έδωσε τ' ωραίο ταξίδι.
χωρίς αυτήν δε θα 'βγαινες στο δρόμο.
αλλά δεν έχει να σε δώσει πια.
Κι αν πτωχική την βρεις, η Ιθάκη δε σε γέλασε.
έτσι σοφός που έγινες, με τόση πείρα,
ήδη θα το κατάλαβες οι Ιθάκες τι σημαίνουν.