Raimon- Balada de la garsa i l'esmerla


Amb motiu de l'Any Roís de Corella, reproduïm ací un dels seus poemes més coneguts, del qual podeu escoltar dues versions musicades diferents.

Ab los peus verds, los ulls e celles negres,
pennatge blanc, he vista una garsa,
sola, sens par, de les altres esparsa,
que del mirar mos ulls resten alegres;
i, al seu costat, estava una esmerla,
ab un tal gest, les plomes i lo llustre,
que no és al món poeta tan il·lustre,
que pogués dir les llaors de tal perla;
i, ab dolça veu, per art ben acordada,
cant e tenor, cantaven tal balada:

"Del mal que pas no puc guarir,
si no em mirau
ab los ulls tals, que puga dir
que ja no us plau
que io per vós haja a morir.
Si muir per vós, llavors creureu
l’amor que us port,
e no es pot fer que no ploreu
la trista mort
d’aquell que ara no voleu;
que el mal que pas no em pot jaquir,
si no girau
los vostres ulls, que em vullen dir
que ja no us plau
que io per vós haja a morir."

Joan ROÍS DE CORELLA
(segle XV)

pennatge: plomatge
sens par: sense igual, única
esparsa: separada
esmerla: merla
llustre: brillantor, lluïssor
llaors: lloances, elogis
jaquir: abandonar

Ací teniu la versió de Raimon més coneguda, també podeu escoltar-ne una diferent de Josep Teró clicant aquí:

Luis Cernuda, Te quiero / No decía palabras

Ací teniu una mostra de la poesia de Luís Cernuda perquè pugueu assaborir-la:


Te lo he dicho con el viento, 
jugueteando como animalillo en la arena 
o iracundo como órgano impetuoso;

Te lo he dicho con el sol, 
que dora desnudos cuerpos juveniles 
y sonríe en todas las cosas inocentes;

Te lo he dicho con las nubes, 
frentes melancólicas que sostienen el cielo, 
tristezas fugitivas;

Te lo he dicho con las plantas, 
leves criaturas transparentes 
que se cubren de rubor repentino;

Te lo he dicho con el agua, 
vida luminosa que vela un fondo de sombra; 
te lo he dicho con el miedo, 
te lo he dicho con la alegría, 
con el hastío, con las terribles palabras.

Pero así no me basta: 
más allá de la vida, 
quiero decírtelo con la muerte; 
más allá del amor, 
quiero decírtelo con el olvido.




No decía palabras, 
acercaba tan sólo un cuerpo interrogante, 
porque ignoraba que el deseo es una pregunta 
cuya respuesta no existe, 
una hoja cuya rama no existe, 
un mundo cuyo cielo no existe.

La angustia se abre paso entre los huesos, 
remonta por las venas 
hasta abrirse en la piel, 
surtidores de sueño 
hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.

Un roce al paso, 
una mirada fugaz entre las sombras, 
bastan para que el cuerpo se abra en dos, 
ávido de recibir en sí mismo 
otro cuerpo que sueñe; 
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne, 
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo. 
Aunque sólo sea una esperanza 
porque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe.


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